Hoy me estrené con
mi primera carrera de montaña, nada más y nada menos que con la XI edición de
la Subida al
Picu Pienzu. 21 kilómetros, barro hasta los tobillos, 2.500 metros
de desnivel acumulado, casi 3 horas de durísimo esfuerzo y ya estoy pensando en repetir.
A primera hora de
la mañana junto con Raúl nos poníamos en marcha rumbo hacia Arriondas. De
camino con un día increíblemente soleado y bajando en coche por la carretera
del Fitu ya nos hicimos una idea del espectáculo que nos esperaba hoy, un “mar de nubes”
bajo nosotros hacía más impresionante si cabe el paisaje de la montaña
Asturiana.
Ya en Arriondas, con
los dorsales en la camiseta y tras haber saludado a unos cuantos runners
conocidos, a las 9:00 en punto sonó el pistoletazo de salida. Los 2 primeros
kilómetros en asfalto fueron bastante rápidos pero enseguida y tras meternos
por un pequeño camino de piedras y barro la cosa cambió. La pendiente empezó a
ser pronunciada subiendo en todo momento por un camino muy
resbaladizo por el barro acumulado, aún así el ímpetu de la salida nos hacía
subir con ritmo alegre. Más o menos en el kilómetro 4 me di cuenta de que los
playeros de trail que llevaba eran muy cómodos pero parecía que llevaban “ruedas”
no tenían la suela adecuada para lidiar con un piso tan resbaladizo. Sin
olvidar mi falta de experiencia, acostumbrado a rodar siempre por asfalto o
caminos que comparando ahora me parecen autopistas.
Poco a poco me fui
habituando al terreno y a pesar de la dureza de la ascensión la cosa no iba del
todo mal, hasta que en el kilómetro 6 aproximadamente un mal paso me hacía torcerme el tobillo izquierdo, el mismo
que con cierta frecuencia me viene dando algún que otro problema “sin
importancia”. Sentí un fuerte dolor y tras el susto del momento pude continuar
la ascensión sin muchas molestias. Los metros y los kilómetros iban pasando,
alternando zonas de prao con otras de sendero de montaña. A medida que subíamos
fuimos “atravesando”
literalmente las nubes hasta dejarlas por debajo de nosotros, pudiendo
contemplar en ese momento allí arriba el Picu Pienzu en todo su esplendor, con
una serpenteante fila de corredores rumbo a la cima y mis pensamientos puestos
en el siguiente avituallamiento, iba seco.
Los últimos
kilómetros de la subida fueron especialmente duros pero debo reconocer que iba
bastante bien de piernas, sintiéndome cómodo y sobre todo contento ya que ni
rastro de molestias en el tobillo.
Poco antes de la
cima un nuevo avituallamiento y nueva parada para comer un poco de fruta y
tomar un par de vasos de bebida isotónica, de allí a la cima todos prácticamente
“caminando” en fila india y al llegar
arriba sensación de “haber cumplido”, no sabía lo que me esperaba.
Había pasado 1 hora y 31 minutos y tras medio minuto
contemplando las increíbles vistas del mar y la montaña, me puse otra vez en
marcha, esta vez cuesta abajo.
Antes os decía que
no sabía lo que me esperaba y era cierto, la falta de experiencia me hizo creer
que con la subida había pasado lo más difícil, ¡que equivocado estaba! Salvo por algún
tramo la bajada fue bastante peor que la subida, no paraba de correr, saltar, tropezar
y ver como otros corredores me pasaban dando saltos como cabras sin pensar en
que hueco, piedra o rama iban a pisar… Estoy seguro de que eso se entrena.
El cambio de ritmo,
los saltos y la pisada más irregular volvieron a hacerme notar molestias en el
tobillo. Nada realmente importante pero si hizo que me preocupara por cada pisada
temiendo volver a retorcerlo. En esos momentos mi único pensamiento era pisar
bien, no resbalar y no tener muchos problemas, que el próximo lunes día 9 de
Junio toca empezar la preparación del maratón de Berlín.
Así poco a poco
fui avanzando y debo reconocer que a medida que descendía me encontraba cada
vez más cómodo, las piernas seguían respondiendo bien, lo del tobillo no tenía
pinta de ser nada serio e incluso parecía que los playeros cada vez agarraban
más y mejor.
Finalmente llegada
a Arriondas, muy contento de cruzar la meta de mi primera carrera de montaña. Allí hacía tiempo que ya me esperaba Raúl, menudo crack.
Al margen del
cansancio habitual y lógico tras un esfuerzo como el de hoy, las piernas han
respondido y eso me da alas para empezar dentro de una semana la intensa
preparación de mi próximo maratón.
Para finalizar
debo decir que no me extraña que esto de las carreras de montaña esté tan de
moda, pocas cosas puede haber mejores que disfrutar de la naturaleza a la vez
que practicas tu deporte preferido, el running. También debo reconocer que me
ha parecido bastante más duro que otro tipo de carreras y que para la próxima
ocasión no me quedará más remedio que entrenar algún día en montaña, la técnica
de subida y especialmente la de bajada no tiene nada que ver con los
entrenamientos que realizamos habitualmente.
Por si a alguien
le interesa a continuación dejo un enlace con los datos de mi carrera,
Y mañana como
siempre aunque sea algo ligerito también PROMETO ENTRENAR…
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