Domingo, día de tirada y hoy si con ganas de marcha.
A las diez de la mañana con calor, humedad y nubes que
cubrían parcialmente el sol, salimos a correr con la mente puesta en los 32
kilómetros que teníamos por delante, casi nada. Digo salimos, ya que como
hacerlos solo puede ser eterno, hoy me acompañó de liebre mi hermano Javi
en bici.
Ya os decía que salía con ganas de marcha, los dos
primeros kilómetros a 4:21, otros tres a 4:27 y fue entonces cuando recapacité
y me di cuenta de que lo estaba haciendo mal. Hoy tocaba rodar por encima del
ritmo objetivo y tranquilito, así que bajé a ritmos de 4:50 hasta el kilómetro
once. Todo esto por la senda fluvial que lleva hasta La Camocha. Ya de vuelta por la misma senda y aprovechando el
perfil un poco a favor aumenté un pelín ritmos. En el kilómetro catorce se nos
unió una nueva liebre de lujo, Cesar del Club del Corredor que había salido a
buscarme para acompañarme, todo un detalle.
Al llegar al Parque
Fluvial de Viesques pusimos rumbo a Deva
con buen ritmo, 4:33 en el kilómetro 20, otra vez me estaba animando y no era
el momento así que tocaba aflojar. Los kilómetros empezaban a pasar factura y
además ahora el sol apretaba fuerte.
Con alguna parada para beber agua los kilómetros iban
cayendo con ritmos entre 4:50 y 5:00, cansado pero cómodo.
Finalmente la tirada larga la terminamos en la escalera
12 de la Playa de San Lorenzo, donde
cayó un buen baño recuperador.
Fueron 31,5
kilómetros en 2 horas 30 minutos y 10 segundos, ritmo medio 4:47. Durante
todo el recorrido y a pesar del lógico cansancio me encontré muy cómodo con los
ritmos, hablando sin parar y con ganas de más…
Por último quiero agradecer
a mis “dos liebres” su apoyo, sin ellos seguro que se me habría hecho más
duro y con peores ritmos.
Mañana lunes toca descanso y el resto de la semana ya
sabéis, como siempre PROMETO ENTRENAR…
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