Hoy para finalizar la semana número 8 de 16 tocaba un entrenamiento duro y puedo asegurar que lo fue.
Para empezar un frío intenso y como además había decidido combinar el asfalto con unos cuantos kilómetros por caminos de tierra, al poco de empezar ya me había puesto de barro hasta las cejas, por no hablar de los charcos (mis nuevas NIKE...). Cuando llevaba unos 10 kilómetros cayó una granizada de las buenas y por si fuera poco tuve que poner en práctica los “entrenamientos progresivos” en los que tanto me insiste Luis (Club del Corredor) cuando me salió a la carretera un perro con cara de pocos amigos y no me quedó otro remedio que pasar de 0 a 100 en 4 segundos o menos. Al final el “perrito” se cansó y dejó de correr, tenía mucha mala leche pero poco fondo.
Una vez pasado el susto todo volvió a la normalidad y los kilómetros siguieron cayendo uno tras otro y he de reconocer que cada vez me encontraba más cómodo y sin rastro de molestias en el tobillo ni de piernas cargadas.
Al final salió un entrenamiento de 28,3 kilómetros en 2 horas 11 minutos 54 segundos (ritmo medio aproximado 4:40). Los primeros 14 kilómetros los hice a ritmo medio de 4:45 y los últimos 14 kilómetros a ritmo medio de 4:35 (algunos a 4:25 para probar y la verdad que bastante bien). 144 p.p.m. al acabar y una buena sesión de estiramientos.
Ahora toca descansar el resto del día con la familia y mañana “caña”
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