Ayer sábado y festivo, aprovechamos para hacer una buena caminata por el monte con amigos.
El día amenazaba lluvia pero la verdad es que nos respetó justos hasta terminar
la excursión, luego llovió lo que quiso y más pero nosotros ya habíamos
cumplido.
Como íbamos con niños no quisimos meterles mucho tute, ya
sabéis que cada metro del camino un niño lo convierte en dos o tres, suben,
bajan…, vamos que no paran.
Hicimos el “Camín Encantau” en el Valle de Ardisana, un
recorrido de unos 10 kilómetros sencillo y muy entretenido para niños y no tan
niños. A lo largo del camino te vas encontrando con figuras de la mitología
tradicional asturiana talladas en madera, parada obligada para hacerse unas
fotos, avituallamiento y contemplar las espléndidas vistas del valle, su
entorno y de los Picos de Europa a lo lejos. Cien por cien recomendable.
Después de la caminata tocaba comer y nos acercamos hasta
Casa Morán
en Benia de Onís donde nos “zampamos” una buena fabada, pote
asturiano, arroz con leche… y alguna que otra cosa más. No podía faltar la foto con la inigualable Rosita
La verdad que el día fue muy completo y entretenido, pero
hoy había que volver a dar un poco de caña al cuerpo, que “les fabes” no se van
solas.
Para no forzar el talón y seguir con la recuperación hice
30 minutos de bici estática y un
poco de piscina con el peque de la casa, es incansable. Nos hicimos 500 metros, ducha y a cenar.
Mañana será otro día y otra semana, pero como siempre
también PROMETO
ENTRENAR.
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