Ayer el
entrenamiento no fue del todo malo pero terminé la sesión muy cansado, no era
mi día.
Hoy con fuerzas
renovadas salté nuevamente al asfalto y salió un buen rodaje progresivo de 8,6 kilómetros
en 38 minutos y con ritmo medio 4:24. La verdad es que salí con
intención de rodar sin rumbo y sin preocuparme por los ritmos, pero a medida
que iba dando zancadas me encontraba cada vez con más fuerzas y más ganas y
poco a poco fueron cayendo los kilómetros y mejorando el ritmo. Terminé con la sensación de querer más, eso es buena señal.
Mañana viernes
toca gimnasio y un trote de 5 kilómetros, luego a descansar hasta el
domingo que “toca
darlo todo”.
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