Esta semana ha sido bastante irregular en cuanto a
entrenamientos se refiere, de lo planificado nada de nada pero al final tampoco
estuvo mal la cosa.
Comencé el lunes con
trote tranquilito de 42 minutos y 30
segundos recorriendo una distancia de 8,2
kilómetros, el ritmo medio 5:12
acompañado por Cesar
del CdC.
El martes tocaba descanso y el miércoles entrenamiento
con el CdC, pero la tarde se torció así que un día más de descanso.
El jueves todo
hacía prever también un día complicado y como tenía que ir a recoger el coche
al taller, cuando las cosas se tuercen nunca vienen solas, decidí aprovechar
que el taller estaba en el quinto pino para “ir de corto” y soltar así un poco
piernas y tensiones varias… Fueron apenas
35 minutos de trote con ritmo medio 4:58 recorriendo 7,2 kilómetros y poco más
que comentar.
El viernes todo el día de viaje, cerca de 1000 kilómetros
y con pocas horas de sueño, así que otro día de descanso de running aunque
posiblemente el día lo podría haber contado como un entrenamiento más.
El sábado a
medio recuperar salí para hacer una subida a la Providencia, fueron 9 kilómetros en 42 minutos y 41 segundos,
ritmo medio 4:42. Para terminar
otros 700 metros de trote con Angela.
Como podéis ver llevaba varios días con entrenamientos un
poco extraños y el cuerpo me pedía marcha, así que no se me ocurrió nada mejor
que quedar hoy domingo con Félix y Rober
del Club del Corredor para hacer una “tiradita” por los
Montes de
Deva y Caldones. La paliza fue de las memorables, empezamos con 3,3 kilómetros de subida desde la Iglesia de San
Salvador de Deva hasta el observatorio astronómico del Monte de Deva
con ritmo ligero y por caminos que llevan ese nombre por no llamarlos de otra
forma, al llegar arriba ya nos queríamos volver, tardamos 29 minutos y 30 segundos. Sin tiempo para pensárnoslo hicimos otra
tirada de 11,8 kilómetros de continuos
sube y bajas por el monte y bajo un sol espléndido y achicharrador, empleamos
1 hora y 23 minutos. Para rematar y
nuevamente a la altura del observatorio
nos lanzamos literalmente monte abajo para terminar el entrenamiento con otros 3,5 kilómetros en 27 minutos y 34 segundos.
La vuelta a Gijón fue en coche y luego 1,5
kilómetros de trote para soltar y llegar a casa.
Al final fueron 20,1
kilómetros monte a través guiados por el incansable Félix que nos llevó todo el
tiempo con la lengua fuera, y al que le agradezco su paciencia ya que casi casi
podía haber dado dos vueltas al recorrido en lugar de ir esperándonos. Rober
remató un buen entrenamiento de cara a sus próximas aventuras con el trail
running, seguro que repetiremos.
La foto no es muy buena pero mejor, así no se ven las caras que llevábamos
El resto del día tocó un merecido descanso y la semana
que viene que ya está próxima a empezar esperemos toque volver a la normalidad,
así que como siempre y por adelantado también PROMETO ENTRENAR…