Despachada
otra semana más, ya
solo quedan dos semanitas
en las que tocará cuidarse y mantener el buen estado de forma. Esto
no quiere decir que haya que relajarse, seguirá habiendo kilómetros
y buenos entrenamientos.
Esta
semana que termina ha sido tranquila en cuanto a ritmo y ya ha tenido
algún kilómetro menos que las anteriores, pero ya se acerca el día
señalado y hay que ir reservando energías.
El
lunes
empezamos con un trote de 7,5
kilómetros en 39 minutos
por el Muro
y el Kilometrín,
con ritmo medio 5:24. La cosa no estaba para muchas alegrías tras
los 32k
del día anterior, las piernas pedían un poco de descanso. Después
hicimos un fartlek
de
15 minutos y 15 segundos
alternando 200 metros suaves con 300 más fuertes,
salieron 3,14k
a 4:51 de ritmo medio. A continuación y sin parar para recuperar
otro fartlek
pero esta vez alternando 500 metros fuertes con 500 más suaves,
salieron 16 minutos 47 segundos con ritmo medio 4:29 y 3,73k
recorridos. De vuelta a casa 1k
de trote y una buena sesión de estiramientos.
El
miércoles
había entrenamiento de los buenos previos al maratón, tocaba hacer
el famoso test
de los 6000.
Consiste en hacer un calentamiento suave y seguidamente un 2x6000 con
minuto y medio de recuperación. La primera serie debe hacerse al
ritmo al que tenemos previsto correr el maratón y la segunda “a
tope”. Dicen que si el ritmo medio entre series es superior a 25/30
segundos el ritmo “elegido” para el maratón sería el adecuado,
más o menos.
La
verdad es que aunque yo no creo mucho en estas cosas debo reconocer
que es un entrenamiento muy esperado y que me lo tomo bastante en
serio a la hora de hacerlo. Es cierto que puede darnos una
aproximación de cómo estamos y por donde pueden ir las tiros, pero
los 42195 metros que nos esperan pueden deparar muchas sorpresas, ese
será el verdadero test.
Como
calentamiento hice 4,1
kilómetros en 20 minutos y 11 segundos,
ritmo medio 4:55. La primera serie de 6000 metros la hice en 27
minutos y 27 segundos,
ritmo medio 4:34, la segunda en 23
minutos y 28 segundos,
ritmo medio 3:55. La diferencia de segundos entre series parece
indicar que podré hacer el maratón con el ritmo previsto de 4:35 el
kilómetro, pero insisto en que no creo mucho en estas cosas.
La
primera serie debo reconocer que la hice muy cómodo y con la
sensación de que tenía que ir mirando el crono continuamente para
no irme de ritmo, las piernas pedían marcha. La segunda serie ya fue
otra cosa, en un par de vueltas me “dormí” un poco y tuve que
apretar un poco más en el resto, la sensación fue de intenso
cansancio y muchas ganas de terminar.
Rematé
el entrenamiento con 700
metros
muy suaves de trote y unos estiramientos.
El
jueves
salí para hacer los 75 minutos previstos pero nada más empezar ya
me di cuenta de que ese día las piernas no respondían, sensación
de cansancio y poca motivación. Poco a poco me fui animando y decidí
subir hasta la capilla de La
Providencia,
luego volví suavemente haciendo un recorrido por Viesques,
pero la
cabeza y las piernas seguían sin responder así que decidí poner
rumbo a casa y acortar un poco el entrenamiento, no era el día.
Salieron 13,6
kilómetros,
poco cómodos, en 70
minutos
y ritmo medio 5:08.
El
viernes,
aún con mal sabor de boca por el entrenamiento del día anterior,
salí para trotar un poco y hacer una buena sesión de estiramientos.
Fueron 7
kilómetros
por el Kilometrín
con ritmo medio 5:06, que me vinieron muy bien para soltar un poco
las piernas.
Hoy
domingo,
tras el descanso del sábado y sin prisas ni madrugones, hice un
recorrido de 19
kilómetros en 91 minutos,
ritmo medio 4:48. Lo mejor que volvieron las buenas sensaciones y fui
durante todo el entrenamiento muy cómodo, a pesar del molesto
viento.
Mañana
empieza la penúltima semana con muchas ganas y la mente puesta ya
casi casi en
“modo carrera”. Como
os decía antes toca cuidarse, evitar lesiones y seguir trotando, así
que como siempre me despediré diciendo que PROMETO
ENTRENAR...
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