Catorce semanas de dura preparación
física y mental para el gran momento del maratón y por mucho que entrenes nunca
sabes lo que va a pasar en ese último día…
Todo empezó el 14 de agosto de 2017,
primer entrenamiento con muchas ilusiones y también muchas dudas. Con ganas de
un nuevo reto que siempre es motivador para los entrenamientos, pero también
dudando de si sería capaz de sacar tiempo para los mismos y de si mi cabeza
pedía realmente una nueva etapa de concentración y superación.
Poco a poco, como quien no quiere la
cosa, me fui metiendo en faena. Las sensaciones en las tiradas y los ritmos en
las series eran buenas, lo que hizo que la motivación fuera también mejorando
día a día. Además la organización del maratón no dejaba de enviar mensajes
motivadores a través de las redes sociales y aunque parezca una tontería, ayuda
en el aspecto mental del maratón, que quien ha corrido alguno sabe que no solo
hay que cuidar y preparar el aspecto físico.
Así fueron pasando los días, cayendo
kilómetros, muchos de ellos en compañía de mi hijo Rafa que con su bici hizo como
siempre de liebre de lujo en gran parte de las tiradas largas. Otros con mis
compañeros del Club
del Corredor del Grupo que como
siempre no dejan de animar y acompañar.
Y por fin llegó el “fin de semana”,
como siempre con María aprovechamos para hacernos una escapadita de unos
días. Primero por Madrid de tasquitas y el sábado ya con llegada
a Valencia.
Nada más llegar directos a la feria del corredor, el ambientazo
impresionante y aunque esperaba una buena organización tengo que reconocer que
sobrepasó con creces lo esperado. También es verdad que el día soleado, la
buena temperatura y lo espectacular del entorno de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de
Valencia hacen muy difícil que
uno no quede impresionado.
Reconociendo parte del recorrido
Nada más entrar nos encontramos con Carmen del Club
del Corredor y responsable en parte de la organización representando
de EDP,
patrocinador oficial del maratón. El recibimiento por parte de todo el mundo y
muy en especial de Carmen, inmejorable. No exagero si os digo que nos hicieron
sentir realmente especiales, un poco más y me creo que voy a luchar por ganar
el maratón…
Con Carmen, fallamos en el pronóstico
Pensando en terminar
Tras unas cuantas fotos y nuevas dosis
de motivación, incluidas por parte de Martín Fiz, casi nada, nos fuimos a por el
dorsal y la bolsa del corredor.
En la expo del corredor estuvimos
también con Rubén
del Club del Corredor y su mujer, fotos, abrazos y nervios por todas
partes.
Sin palabras, qué tío más majo
El día continuó por Valencia
con un buen paseo, algo de turismo y no muy buen cuerpo, dolores en piernas,
hombros y espalda me hicieron pensar que podía estar poniéndome malo, así que algo
de pasta para cenar y prontito a dormir que al día siguiente había que estar al
cien por cien.
Y por fin llegó el gran día, tras una
buena noche descansando ni rastro de dolores. Un buen desayuno y rumbo a la
zona de salida. El acceso lo hice en autobús, toda la ciudad incluido el
transporte público estaban volcados con el maratón. Buena organización, personal
en las paradas informando, autobuses continuos, de diez.
Una vez en la zona de salida, había
quedado con Rubén
y Pitu, alguna foto y sobre todo
muchos nervios. Catorce semanas para llegar a este día y por fin estábamos
frente a la línea de salida.
Con Pitu y Rubén minutos antes de la salida
Con total puntualidad, a las 8:30 de la
mañana, pistoletazo de salida y a correr. Ahora ya no valía andarse con medias
tintas, tocaba darlo todo, sacar a relucir lo “aprendido” en las semanas
previas tanto en lo físico como en lo mental.
Creo que este fue el primer maratón al
que no llegaba con una “plan de carrera” claro, la idea era salir con un ritmo
cercano a 4:30 e ir viendo como me encontraba. Por una parte mi cabeza quería
bajar de 3 horas 15 minutos, pero por otra algo me decía que bastante sería terminarlo
sin sufrir en exceso, no me equivocaba.
Poco a poco los kilómetros fueron pasando,
un poco por las buenas sensaciones que sentía y otro por la euforia del momento
y lo que empujaba el público, me fui metiendo en ritmos medios un poco por
debajo de 4:30.
Los primeros 15 kilómetros con ritmo medio 4:26 me hicieron pensar que aun encontrándome cómodo, es posible que fuese un poco rápido. En el kilómetro 16 me estaba esperando María que como siempre con sus ánimos supone una dosis extra de fuerza.
Los primeros 15 kilómetros con ritmo medio 4:26 me hicieron pensar que aun encontrándome cómodo, es posible que fuese un poco rápido. En el kilómetro 16 me estaba esperando María que como siempre con sus ánimos supone una dosis extra de fuerza.
Kilómetro 16, no sabía lo que me esperaba
En el 17 “parada técnica”, había bebido
mucho, y lo raro es que en el 19 otra vez. De todas formas seguía con buenas
sensaciones y buen ritmo.
Del 15 al 20 ritmo medio 4:31 y del 20
al 25 ritmo medio 4:33, las cosas ya no iban del todo bien. En el kilómetro 22 comencé
a tener dolores en las piernas y la espalda, no muy fuertes pero ya empezaron a
condicionarme un poco, sobre todo de cabeza. Las sensaciones no eran buenas, no
iba cómodo y todavía me quedaba una eternidad. La decisión estaba tomada y no
dudé ni medio minuto, había que terminar si o si, así que tocó aflojar ritmo y
amoldarse a la situación.
Del kilómetro 25 al 30 ritmo medio 4:49
y del 30 al 35 ritmo medio 5:17. De pulsaciones iba muy bien, las molestias
seguían y no iban a más, pero las piernas iban justitas y tocaba sacar toda la
experiencia de estos años de entrenamientos. En estos momentos de “dificultad”
es cuando sale a relucir lo aprendido, el conocer las limitaciones de cada uno
y saber sacar el mejor partido a cada situación. No era el día pero sabía que
podía con ello.
Del 35 al 40, otra parada por exceso de
hidratación y ritmo medio 6:00. Ese ritmo me permitió no sufrir y lo mejor,
disfrutar el impresionante ambiente que había en la calle, no se puede contar,
hay que vivirlo.
Los dos últimos kilómetros sin
palabras, recorrido estrechado por la cantidad de público que había, el
gritería increíble, todo el mundo animando sin parar y sin darte cuenta te das
de frente con el
gran final que tiene el maratón de Valencia, no creo que haya otra
carrera con una recta de meta tan espectacular.
Tiempo neto de carrera 3 horas 28
minutos y 7 segundos, muy lejos de mi mejor marca personal pero
puedo contarlo como un nuevo triunfo, por terminar un nuevo maratón que no es
nada fácil y por haber sabido regular mis fuerzas y mi cabeza en los momentos
difíciles que pasé a lo largo de la carrera.
Nada más cruzar la línea de meta estaba
esperándome María
y con ella Carmen, momento realmente especial. Si siempre es
emocionante cruzar la meta de un maratón y encontrarte con la familia, en esta
ocasión el recibimiento que me dieron los amigos de EDP hizo que todo fuera
aún mejor si cabe.
Una vez en meta, tocó también un momento duro,
encontrarme con Pitu
que en el kilómetro 26 había tenido que abandonar. Molestias físicas pudieron
con ella y aunque seguramente tuvo que ser muy difícil para ella y pocas
palabras había para consolarla, que no olvide que el verdadero éxito fue
prepararse a conciencia durante catorce semanas contra viento y marea y que el
abandono no es más que un leve tropiezo. En unos días estaremos otra vez
entrenando y pensando en un nuevo reto, somos así, que le vamos a hacer…
Otro momento muy emotivo fue la llegada de Rubén,
también le costó un poco más de lo esperado pero cruzó la meta como un campeón,
con muy buena cara y como siempre con una sonrisa.
Gracias CdC
Después de la carrera una buena ducha y
a disfrutar de Valencia, que te lo pone muy muy fácil.
No todo va a ser correr
Por último, tengo que decir que la organización del maratón un diez sin ninguna duda. El
recorrido, el recibimiento a los corredores y sus acompañantes, la ciudad
volcada con todos nosotros…, todo fueron facilidades, no se le puede poner un
solo pero.
Antes de despedirme, quiero volver a
agradecer a Carmen
de EDP su absoluta dedicación a
nosotros en todo momento, entre otras muchas cosas seguramente. Sin ella esta
carrera y estos días en Valencia no habrían sido lo mismo. También me quiero acordar de Lolo, que en la última semana tuvo que cambiar repentinamente de planes y no pudo acompañarnos en la carrera, de todas formas es "perro viejo" y sabe que oportunidades no nos van a faltar.
Ahora tocará descansar unos días y
dentro de poco habrá que volver al asfalto, seguro que no tardando mucho
aparecerá por ahí algún que otro reto, así que para que no me pille
desprevenido como siempre me despidió diciendo que PROMETO ENTRENAR…