Todo empezó en el mes de Noviembre de 2013 cuando tras no
haber sido elegido en el sorteo para poder participar, pasados unos días recibí un nuevo correo de la organización
en el que me indicaban que había sido agraciado con una plaza en el sorteo de
repesca. Lógicamente no me lo pensé dos veces, no podía dejar pasar la oportunidad de volver a participar en uno de
los World
Marathon Majors, el año anterior había sido Londres.
Los meses fueron pasando y lógicamente seguí con mis
entrenamientos habituales, hasta que el día 9 de Junio de 2014 empezaba con
los específicos para el maratón. Me esperaba un exigente plan de entrenamiento de dieciséis semanas preparado
por Luis del
Club del Corredor. Además de la exigencia habitual de este tipo de
planes, en mi caso tenía también en mi contra que los meses de verano no son
especialmente los que mejor me vienen para entrenar, ni por horarios ni por
condiciones climáticas, pero no iba a ser ningún impedimento serio.
En estas dieciséis semanas, por el camino fueron quedando
tiradas largas, cuestas, series con buenos ritmos unas y no tan buenos otras.
En general siempre sintiéndome bastante cómodo con los entrenamientos y sobre
todo disfrutando.
El que haya disfrutado no significa que no haya habido momentos más o menos difíciles. Muchas
veces para poder entrenar he tenido que pegarme madrugones de escándalo, otras
salir de casa a las 10 de la noche para hacer entrenamientos de series o
tiradas de más de 20 kilómetros. Días con sensaciones no tan buenas, molestias,
dolores sospechosos…, y sobre todo mucho esfuerzo. En total han sido 1222
kilómetros, lo que hace una media de 76,4 semanales y 15,3 diarios teniendo en
cuenta cinco entrenamientos semanales y así durante dieciséis
semanas consecutivas.
Como todo llega más bien pronto que tarde, como quien no
quiere la cosa los días fueron pasando hasta llegar al gran día.
El viaje comenzó el viernes con María, esta vez sin
niños, desde Madrid, a primera hora de la mañana un avión repleto de tipos escuálidos con
caras huesudas, mucha zapatilla de deporte y muñecas portando relojes con GPS
dejaban claro cuál era el destino de la mayoría de nosotros. La cosa
se animó cuando nada más despegar el piloto anunció que correría el maratón con
un ritmo de 6 minutos el kilómetro y que esperaba que ninguno de los que allí
estábamos fuésemos más rápidos que el. Durante el vuelo varios comentarios de
ese tipo nos fueron “metiendo en faena”.
Un comienzo de altura, ahora si rumbo a Berlín
Berlín nos recibió con lluvia pero enseguida empezó a lucir el sol, buen presagio...
El mismo viernes nos acercamos a la feria del corredor, primer subidón pre maratón, simplemente
impresionante. Miles y miles de personas recorríamos la enorme feria, ya con el
dorsal en la correspondiente mochila me “agencié” una camiseta conmemorativa y
vuelta al hotel.
Por fin en Berlín, segundo World Marathon Majors a la mochila
"Payaseando" un poco
El sábado fue día de largas caminatas, visitas, museo,
buena comida y alguna que otra cerveza a medio día. Para cenar el
correspondiente plato de pasta, mucha agua y a descansar. Lógicamente antes de
irme a la cama dejaba todo preparado para la mañana siguiente, cierto hormigueo
empezaba a rondar por mi estómago…
No todo iba a ser correr, esto también se entrena...
"La foto" en el muro (Nada que ver con nuestro Paseo del Muro), no podía faltar
El domingo a las 6:15 horas de la mañana sonaba el
despertador, una buena ducha y a desayunar. El comedor del hotel repleto de
runners, buenas caras, saludos aún no conociéndonos y sensación de nerviosismo
en el ambiente. Por suerte teníamos un día totalmente soleado y sin mucha
temperatura, todo apuntaba a que íbamos a tener las condiciones perfectas para
correr.
La salida era a las 8:45 así que a las 7:15 dejé el
hotel, llegando a la zona de salida a las 7:50. En la zona próxima al punto de
encuentro una
riada de corredores empezaba a animar el ambiente, los nervios
seguían creciendo.
Una vez dentro del perímetro delimitado para los
corredores, busqué mi cajón de salida y me situé en el disfrutando el increíble
espectáculo que representa estar junto a otros 41.000 corredores esperando el
disparo de salida.
A las 8:45 con la banda sonara de la película Carros de
Fuego sonando de fondo en la megafonía, comenzaba la cuenta atrás y sin
pensármelo dos veces ni tiempo para ello ya estaba corriendo en dirección al
arco de salida, tres minutos después lo cruzaba y a darlo todo. Había llegado
ese momento tan esperado, se suele decir
que lo duro de un maratón son las semanas de preparación previas, pero tras
un periodo de entrenamientos tan largo y muchas ilusiones puestas en un solo
día, verte
frente a los 42 kilómetros y 195 metros genera sensaciones que solo quien ha
corrido un maratón podría entender.
Tras un primer
kilómetro con ritmo vivo de 4:19 vinieron otros 6k con ritmos cercanos a 4:30. Las sensaciones eran buenas y metido
en carrera uno parece que va más rápido y así fue, del kilómetro 8 al 12 los ritmos fueron 4:15/4:20/4:17/4:14 y 4:19. En el kilómetro
11 me esperaba María, sus gritos de ánimo fueron una nueva inyección
de moral y fuerza. En el kilómetro 13
el ritmo fue de 5:15 pero incluyó parada a “deshidratar”, ya me entendéis. El k14 a 4:06
y el k15 a 4:19 me hicieron
recapacitar y bajar un poco ritmos, iba cómodo, muy cómodo, pero aún quedaba
mucho. A partir de ahí hasta
el kilómetro 25 salvo un par de ellos todos sub 4:30 y sintiendo que aún
estaba reservando fuerzas. El paso por la media maratón en 1:34:54 y con buenas
sensaciones me hacía pensar una marca sub 3:10, no negaré que era mi objetivo
inicial.
La cosa siguió bien hasta el kilómetro 28 donde repentinamente volvió a aparecer esa dichosa molestia del
talón izquierdo que llevaba un par de semanas dándome guerra. La
verdad es que no me impedía correr bien, pero tal vez por pisar mal por miedo a
lo que todavía quedaba me dio un calambre en el gemelo derecho que si me hizo
temer por el resto de la carrera.
Con 14 kilómetros por delante y amagos de calambres,
tocaba pensar y cambiar estrategia. Decidí aflojar ritmo, no sufrir mucho e intentar
disfrutar de lo que quedaba de maratón, no salió del todo mal. Los ritmos
fueron desde entonces próximos a 5 minutos el kilómetro, si intentaba apretar
un poco enseguida volvía a sentir que la “bola” del gemelo derecho se me subía,
así que a aflojar otra vez. En los avituallamientos paraba unos segundos a
estirar el gemelo mientras bebía y otra vez a correr.
Los kilómetros iban pasando, la molestia del gemelo
estaba más o menos controlada y como ya no pensaba en marcas de ningún tipo
debo reconocer que disfruté como un enano. Choqué las cinco con todos los niños
que se agolpaban en el recorrido (tradición maratoniana), un montón de gente me
animó en español, la camiseta con la marca Gijón y del Grupo Covadonga dejaba
clara mi procedencia, todo esto me daba ánimos renovados a cada paso.
Así hasta que a poco más de 500 metros de la meta volví a
ver a María y me acerqué a darle un sudoroso abrazo y un sonoro beso, emoción
infinita, aplausos de los que nos rodeaban y a disfrutar de esos últimos
metros.
El paso bajo la puerta de Brandeburgo indescriptible y
cruzar la meta ni os cuento, una mezcla de sensaciones de alegría, cansancio, emoción, pensar en las duras semanas pasadas… Nada más cruzar te cuelgan tu medalla de finisher y te dan una cervecita bien fría, estos alemanes...
"Me llena de orgullo y satisfacción..."
Esta va por mis amigos del Club del Corredor
En la meta ni bebidas isotónicas ni leches, te dan una cerveza bien fría. Nos llevan años de ventaja...
Esta para el recuerdo
Finalmente el tiempo fue de 3 horas 20 minutos y 6 segundos, como os decía antes aspiraba a una
marca mejor pero con el imprevisto surgido en el 28 creo que es un tiempo más
que aceptable y además me permitió no sufrir en exceso (si se puede decir eso
de un maratón) y terminar disfrutando de lo lindo.
Ahora toca una temporada de relativo descanso y no lo voy
a negar, ya
estoy pensando en el próximo así que tarde o temprano y para no
variar mucho las costumbres hoy también os digo que PROMETO ENTRENAR.
Por si a alguien le interesa aquí os dejo el seguimiento
de la carrera que me marcó el GPS. go.nike.com/38e2ihk
Aupa!!!!
ResponderEliminarEnhorabuena por tu segunda major!!! Lástima ese problemilla del 28, aún así no te impidió disfrutar de la que puede ser la mejor maratón del mundo, así que enhorabuena de nuevo!!!
Un abrazo y nos debemos un trote la próxima vez que suba por Gijon!!!!
Muchas gracias Nacho, al final ya sabes que la marca es importante por el hecho de poder superarnos, pero lo que buscamos al correr sobre todo es disfrutar así que prueba superada.
EliminarYa sabes que estoy siempre a tu disposición para hacernos unos kilómetros.